¿Prevenir o lamentar? ¡ACTÚA!
El proceso de envejecimiento está determinado por el factor genético en un 25% y por el ambiental en un importante 75%. Aquí entra en juego lo que se conoce como prevención primaria, entendiendo la misma como todas las acciones que están al alcance para minimizar los riesgos de desarrollar una demencia y trabajar en la promoción de la salud cognitiva.
El declive cognitivo asociado a la edad puede prevenirse con las acciones pertinentes, por eso es tan importante actuar anticipadamente. Un buen control de los factores de riesgo a través de una vida activa tanto a nivel físico como intelectual, una dieta saludable y el mantenimiento de aficiones y relaciones sociales son factores que pueden prevenir y revertir la progresión de este tipo de deterioro.
Se vuelven cada vez un imperativo para los profesionales de la salud proponer estrategias que vayan un paso adelante para evitar o reducir la probabilidad de un deterioro cognitivo, promoviendo la iniciación y el mantenimiento de una buena salud integral.
Las acciones para la potenciación de la salud cognitiva no deben reducirse únicamente a la etapa de la adultez mayor, sino que deben implementarse desde tempranas etapas de la vida atendiendo a las particularidades de cada grupo de edad, dado que se puede observar una disminución en el funcionamiento de dominios cognitivos específicos en distintas edades.
